La realidad está constituida por varias subrealidades
inexistentes. La realidad que nos hacen creer, la realidad que pasa a través de
nuestros ojos y la realidad subjetiva, que es la de la mente. Y bien, ¿cuál es
la realidad definitiva? cada criatura ve la realidad modelada por el capricho
de los ojos, y contaminada con las inmundicias del subconsciente. De esta
manera, lo que es real es tan relativo como lo irreal. Todas estas realidades
conviven encadenadas la una a la otra,
de manera que si una se desmorona, la realidad deja de ser objetiva en
sí misma. Es decir, cuando una persona es consciente de un hecho del pasado,
pero nadie más es sabedor del mismo, cuando esta persona muere, un pedazo de
realidad se va con ella a la tumba, y tenemos así una laguna en la realidad. De
esta manera se puede deducir que la realidad sólo existe porque nosotros
creemos en ella, de modo que si dejásemos de hacerlo, quedaríamos suspendidos
en un vórtice de caos. Todo esto es por consiguiente, la explicación de que
todo existe porque nosotros queremos que así sea. Si yo tengo un dado en la
mano y no creo en él, ese dado deja de existir en mi realidad subjetiva. Si
nadie en todo el globo terráqueo cree en ese dado, el dado deja de existir en
la realidad subjetiva y en la que nos hacen creer, de manera que por
eliminación desaparece de la tercera realidad, ya que se sustentan la una a la
otra. Así pues, la realidad, al igual que todo, existe porque creemos en ella,
valga la redundancia. La locura individual es la ausencia de realidad
subjetiva, la locura general llega cuando se produce la ausencia de la realidad
que nos hacen creer. No quiero saber qué puede ocurrir cuando la realidad se
desmorone por completo.